Cada 8 de mayo, los católicos argentinos celebran una de las festividades religiosas más importantes del país: el Día de la Virgen de Luján. Esta fecha no solo honra a la imagen venerada en la Basílica de Luján, sino que conmemora un momento histórico trascendental para los fieles de todo el país: la coronación pontificia de la Virgen, realizada el 8 de mayo de 1887 por el Papa León XIII.
UN SÍMBOLO DE DEVOCIÓN Y ESPERANZA
La Virgen de Luján, reconocida como la Patrona de Argentina, es considerada una poderosa intercesora para aquellos que buscan protección, amor y prosperidad. Su imagen ha sido testigo de innumerables momentos de fe, esperanza y milagros a lo largo de los siglos, desde que su figura llegara a la región a principios del siglo XVII.
La historia de esta devoción comenzó en 1630, cuando una imagen de la Inmaculada Concepción, proveniente de Brasil, llegó al Puerto de Buenos Aires con destino a una hacienda en Santiago del Estero. Sin embargo, al llegar al Río Luján, la carreta que transportaba la imagen se detuvo misteriosamente y no pudo avanzar más. Los viajeros, interpretando este hecho como una señal divina, decidieron dejar allí la figura, construyendo poco después una capilla en ese mismo lugar, que con el tiempo daría origen a la majestuosa Basílica de Luján.

Desde entonces, la Virgen de Luján se ha convertido en un símbolo de unidad y fe para los argentinos, especialmente en momentos históricos como la Revolución de Mayo y las luchas por la independencia. Cada año, miles de peregrinos se congregan en la ciudad de Luján para rendir homenaje a la Virgen, muchos de ellos recorriendo largas distancias a pie en un acto de devoción.
En la actualidad, la Basílica de Luján es un centro de fe que recibe a miles de visitantes no solo para pedir favores personales, sino también para rendir tributo a la figura de la Virgen como símbolo de esperanza y protección. Esta devoción se fortalece con el paso de los años, y los creyentes continúan confiando en la intercesión de la Virgen para conseguir favores espirituales, materiales y de bienestar personal.
