A lo largo de los siglos, ha sido testigo de diversos eventos históricos y cambios, siendo actualmente un restaurante Sanborns desde 1919
Por: Marcela Islas
La Casa de los Azulejos es, sin lugar a dudas, uno de los lugares más emblemáticos de la Ciudad de México. Su belleza arquitectónica, adornada con una imponente fachada de talavera, ha convertido este edificio en un ícono de la capital de México.

¿CUÁNDO SE CONSTRUYÓ LA CASA DE LOS AZULEJOS EN CIUDAD DE MÉXICO?

La Casa de los Azulejos fue construida en 1737, durante la época virreinal, lo que la convierte en una de las edificaciones más antiguas y representativas de la Ciudad de México.
Su construcción fue encargada por la familia del marqués de la Casa de los Azulejos, y se caracteriza por su impresionante fachada cubierta de azulejos de talavera, que le da su nombre.
A lo largo de los siglos, ha sido testigo de diversos eventos históricos y ha cambiado de uso, siendo actualmente un restaurante Sanborns desde 1919.
Sin embargo, detrás de su majestuosidad, pocos conocen las fascinantes leyendas que se esconden entre sus muros. Una de ellas, especialmente entrañable y nostálgica, narra un amor prohibido que aún resuena en sus pasillos.
LA LEYENDA DEL AMOR PROHIBIDO DE DON ALEJANDRO Y CATALINA

A lo largo del siglo XVIII, en el México virreinal, un joven noble llamado Don Alejandro se enamoró perdidamente de Catalina, una joven de familia humilde que trabajaba para un comerciante.
A pesar de las diferencias sociales, el amor entre ambos creció en secreto, y la Casa de los Azulejos se convirtió en el refugio de su amor.
Se dice que, en las noches tranquilas de la ciudad, se encontraban en los alrededores del edificio, donde compartían momentos de pasión y esperanza.
Pero como todas las historias trágicas, este amor secreto no duró mucho. Los padres de Don Alejandro descubrieron la relación y, con mano firme, separaron a los amantes. Catalina fue enviada a otro lugar, mientras que el joven noble fue forzado a olvidarla.
A pesar de la vida llena de lujos que llevó, Don Alejandro nunca pudo dejar ir la pena de perder a su amada. Cuenta la leyenda que, tras la partida de Catalina, Don Alejandro regresaba frecuentemente a la Casa de los Azulejos, buscando su presencia entre sus paredes.
Se sentaba solo, mirando las ventanas como esperando su regreso. Se dice que, durante las noches más oscuras, su espíritu aún vaga por los pasillos de la casa, lamentándose por el amor perdido.
OTRAS LEYENDAS QUE ESCONDE LA CASA DE LOS AZULEJOS

Además de la conmovedora historia de Don Alejandro y Catalina, la Casa de los Azulejos es también testigo de otras leyendas que han trascendido a lo largo del tiempo. Una de ellas habla sobre un misterioso hombre con capa que deambula por sus estancias, mientras que otra cuenta la enigmática danza de los azulejos, que parece cobrar vida en la oscuridad.
Sin embargo, quizás la leyenda más conocida es la de los condes del Valle de Orizaba. Según se cuenta, el hijo irresponsable de estos nobles, quien ponía en peligro la fortuna familiar, construyó la Casa de los Azulejos tras sentirse herido por las palabras de su padre.
Aunque todas estas historias son solo leyendas, siguen alimentando la magia de este lugar lleno de historia y misterio.
CASA DE LOS AZULEJOS EN LA ACTUALIDAD
La Casa de los Azulejos se encuentra en el Callejón Condesa número 4, entre la Avenida Madero y la Calle 5 de Mayo, en la alcaldía Cuauhtémoc, en el corazón de la Ciudad de México.
Desde 1919, el edificio ha sido hogar del reconocido restaurante Sanborns, pero su fachada de talavera sigue siendo uno de los símbolos más representativos de la ciudad.
A través de los siglos, la Casa de los Azulejos ha sido testigo de numerosos hechos históricos, tanto en su interior como en su entorno. Hoy, sigue siendo un lugar que no solo destaca por su belleza, sino también por las leyendas que se entrelazan con su rica historia.
