"Solo hago lo que cualquier mamá haría: entregar el alma por mis hijos", dice al hablar de los 10 años que lleva acompañando a su hijo
Por: César Omar Leyva
En el marco del Día Internacional de la Mujer, se reconoce a aquellas mujeres que, con valentía y fortaleza, enfrentan los mayores retos de la vida.
Una de ellas es Carol Violeta Martínez Leal, una madre que ha dedicado los últimos 10 años de su vida a acompañar a su hijo Leonardo en una constante batalla contra el cáncer, demostrando que la maternidad es un acto de resiliencia infinita.
UNA LARGA BATALLA CONTRA EL CÁNCER
Carol es madre de tres hijos: Diego, el mayor, y los gemelos Leonardo y Sebastián. Desde 2015, la vida de Carol dio un giro cuando su hijo Leonardo, fue diagnosticado con leucemia linfoblástica aguda.
Desde entonces, la familia ha vivido una lucha incansable, pasando por diversos tratamientos médicos, recaídas y momentos complicados, pero siempre con la esperanza de que Leonardo ganara la batalla.
A lo largo de los años, Carol ha sido testigo de los altibajos de la enfermedad. En 2018, después de una dura lucha, Leonardo terminó su tratamiento inicial, para enfrentar una recaída en 2020.
En 2023, volvió a terminar pero unos meses después vino otra recaída. Actualmente el joven sigue luchando, mientras su madre nunca ha dejado de ser su apoyo incondicional.
Este mes, Carol y Leonardo cumplen 10 años de visitas constantes al hospital oncológico del IMSS en Ciudad Obregón, un testimonio de su dedicación y resistencia. Son el paciente y la madre con más tiempo de tratamiento en ese hospital, una marca que, aunque llena de dolor, también refleja la determinación y fortaleza de ambos.

UN EJEMPLO DE AMOR INCONDICIONAL Y RESILIENCIA
El camino de Carol no ha sido fácil, ni física ni emocionalmente. En sus palabras, el proceso ha sido "complicado en todo sentido: físicamente, anímicamente y económicamente", pero su fe y esperanza han sido claves para seguir adelante.
A pesar de las largas noches sin dormir, las dificultades financieras y los retos constantes, Carol ha encontrado fuerza en el amor por sus hijos. "Mientras él siga demostrando fuerza y ganas de vivir, verlo me sirve de ejemplo de que, si él no se quiebra, yo tampoco debo hacerlo", dice.
Además, Carol no solo se ha dedicado al cuidado de su hijo, sino que también ha encontrado formas de mantenerse activa y ocupada, lo que le ha permitido no perder el equilibrio en medio de la adversidad.
En Navojoa, Carol se involucra en equipos de voleibol y softbol femenil, lo que le brinda un espacio para distraerse y recargar energías. También vende helados, pasteles de galleta y gelatinas para recaudar fondos y ayudar en los gastos derivados del tratamiento de su hijo.

EL PODER DE LA MUJER: ENTREGA Y DEDICACIÓN
Para Carol, ser madre es un acto de entrega total. En su entrevista, enfatizó que no se considera una "guerrera", sino simplemente una madre que hace todo lo posible por sus hijos.
"Solo hago lo que cualquier mamá que ama a sus hijos haría: entregar el alma por mis hijos", comenta con humildad. Para ella, lo que hace especial a una mujer es su amor incondicional, su paciencia, resiliencia y la capacidad de equilibrar todos los roles que desempeña, ya sea en su hogar, en el trabajo, o en el tratamiento de su hijo.
A lo largo de estos diez años, Carol ha visto pasar por el hospital a muchas otras madres que, como ella, luchan por la vida de sus hijos. Ha aprendido de ellas la dedicación y el sacrificio, así como el dolor de perder a un hijo.
Sin embargo, también ha sido testigo de historias de esperanza, de niños que han superado la enfermedad y que han tocado la campana anunciando su victoria contra el cáncer.
TESTIMONIO DE FE Y ESPERANZA
Para Carol, cada día es una oportunidad para ser una mejor madre, esposa e hija. A pesar de las dificultades, se mantiene firme en su misión de acompañar a Leonardo en cada paso de su tratamiento.
Ver a su hijo feliz y saludable es lo que le da fuerzas para seguir adelante. "Hay días en los que no hay ganas de seguir, ni fuerzas para hacer las cosas, pero sabes que hay personitas viendo cómo mamá intenta poder con todo y eso me hace querer ser mejor para ellos", relata.
El amor por su hijo, la esperanza de su recuperación y el apoyo de su familia han sido los pilares que han mantenido a Carol fuerte.
Hoy, a una década de aquel primer diagnóstico, la familia Violeta sigue luchando, con la certeza de que, aunque la batalla ha sido larga, el amor incondicional de una madre siempre prevalece.

FORTALEZA Y CORAJE PARA SALIR ADELANTE
La historia de Carol Violeta es un recordatorio de la fortaleza y el coraje que muchas mujeres demuestran a diario. Como madre, esposa e hija, Carol ha sido un ejemplo de cómo las mujeres no solo enfrentan sus propios desafíos, sino que también son la columna vertebral de muchas familias en la lucha contra enfermedades graves. En este Día Internacional de la Mujer, reconocemos no solo a Carol, sino a todas las mujeres que, como ella, se dedican a cuidar, amar y luchar por sus seres queridos, sin importar lo que la vida les depare.